SEMBLANZA ROSARINA

La vuelta de Rosario se presentaba escalofriante luego de la noche con Peter Capusotto, el tipo con el 9 en la espalda y los funcionarios audiovisuales argentinos.
En la ciudad de La Plata se habría el FESAALP y la comitiva debía llegar a la apertura del evento.
Rosario siempre deja dos paradas inevitables: pasar por el mítico Bar El Cairo, recreando inevitablemente la mesa de los galanes, y comer pescado junto al río.




"Estoy vivo y bien, ni feliz ni infeliz, aquí en el Hemisferio Sur. Por eso me deja más perplejo que nunca el recuerdo de ese pez perdido, alzándose, dejando el agua y volviendo a ella. El sentimiento de pérdida que me asaltó entonces me asalta todavía. ¿Cómo transmitir algo de lo que siento sobre este asunto? Adentro siguen conversando en su propia lengua. Decido caminar por la orilla. Es la clase de noche que hace que hombres y ríos estén más cerca. Camino un trecho, después me detengo. Advirtiendo que no he estado cerca. No durante muchísimo tiempo. Ha sido esta espera la que ha venido conmigo a todas partes. Pero ahora crece la esperanza de que algo se levante y salpique. Quiero oírlo, y seguir adelante", dijo alguna vez Raymond Carver, visitando Rosario antes de volver a Nueva York.
La cita sirve menos como un recuerdo que como motivación. Lucho nos indica comer pescado junto al río en un lugar estratégico: justo aquel que citara Carver. Todo está servido en esa mesa: el río, el perro que da vueltas alrededor, un ascensor que desciende a la costanera, un menjunje saborizante y la charla sobre el gran pez. El de los pescadores y el de Carver, pero también el de Tim Burton, influencia concreta de Marcos Rodríguez para LOS CHICOS DESAPARECEN.
Buen provecho y a la ruta.